Carolina Torrealba: La brecha de género en el rubro científico
Fue subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación desde 2018 hasta inicios de este año. Actualmente es vicerrectora de Investigación y Doctorado de la Universidad Andrés Bello.
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El rol de la mujer en el rubro científico aún está en vías de desarrollo, dice Carolina Torrealba. La exsubsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación recuerda el estallido feminista en 2018, que consistió en una serie de manifestaciones de estudiantes universitarias en contra de los sesgos machistas dentro del ambiente académico. “Reveló una realidad muy dura y que era más o menos invisible para el resto de la sociedad”, expone.
Luego, con la pandemia, se dieron dos fenómenos contradictorios. Desde una mirada positiva “se visibilizó una cantidad de referentes increíbles. Tuvimos mujeres que inventaron vacunas, mujeres que estaban liderando aquí en Chile iniciativas importantes”, comenta.
Sin embargo, la pandemia también acentuó las desigualdades de género. Un estudio de ONU Mujeres reveló que en Chile el 38% de los hombres dedicó cero horas semanales a realizar tareas domésticas y el 71% dedicó cero horas al acompañamiento de los hijos e hijas en tareas escolares.
- Para familiarizarse y comprender la brecha de género en este rubro recomienda el documental de Netflix Mujeres en la Ciencia. En él se da cuenta, a través de la historia de una investigadora en EEUU, “cuál es la realidad de las mujeres que hacen investigación en la academia, dentro de la universidad y por qué en el fondo avanzar en esta materia es importante”, afirma Torrealba.
- Torrealba cuenta durante su paso por el gobierno decidió apuntar a un cambio estructural en el sistema académico. Una de las medidas que se implementaron con este afán fue el proyecto “Huella de género”, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y que contó además con el apoyo de Comunidad Mujer como un órgano técnico. En un inicio se definieron indicadores comunes entre las universidades y el gobierno, para así crear un diagnóstico compartido y contar con una contabilidad transparente de cómo se avanza. A esto se le denominó modelo de madurez y cuenta con siete áreas con indicadores distintos.
- El plan de acción consistió en reuniones con las distintas universidades para generar un consenso de lo que sería esta vara de medición, además de acudir a la experiencia internacional para replicar las buenas prácticas. “Nos juntamos con las autoridades australianas, su caso es como una especie de sistema de acreditación de la universidad con enfoque de género”.
- Sobre la puesta en marcha del programa comenta que el año pasado se adjudicaron 13, este año por lo menos se van a adjudicar unas 10 más.